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¿ Se inició otra evolución del HOMBRE ?
Quinta dimensión. Es la frecuencia de la sabiduría, pura energía. Es donde se encuentran los maestros ascendidos y los espíritus guías de toda la humanidad.

Desde que los seres humanos comenzaron a poblar la Tierra, su crecimiento no se detuvo y ya se acercan a la Cuarta Dimensión, publica el suplemento Fenómenos Paranormales de Crónica.
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Se ha escrito mucho sobre las dimensiones en las cuales los seres humanos se mueven. Sin embargo, esos planos que dan idea de cómo materializarnos en tiempo, forma y espacio en la vida cotidiana parecen tener además otro segmento que genera dudas, expectativas e insondables misterios a develar. Contínuos cambios a los que el hombre está encadenado –el mismo planeta va mutando– son motivo de estudio de investigadores que buscan saber más de un tema que se relaciona con fenómenos extraterrestres y aspectos religiosos. Además de repasar qué significan las tres dimensiones vigentes, iremos por la siempre enigmática cuarta dimensión, esa que persigue la armonía, la paz interior, el amor y que permitirá, mucho antes de lo imaginado, manejar cualidades psíquicas y telepáticas que nos darán más amplitud de criterio y un crecimiento en la conciencia, para posibilitar al ser humano la elevación espiritual.
¿De qué hablamos?
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Desde tiempos remotos se dice que llegará un día en que los seres humanos manejen su psiquis evolucionadamente, aunque los primeros pasos generen traumas que pueden resultar obstáculos que se deberían superar para alcanzar una instancia superior. Esta forma de despertar llega con la nueva conciencia, llamada búdica o crística, que es lograr el reconocimiento colectivo de la esencia misma de los seres con el saber de que todos somos uno. Las dimensiones son diferentes estados de la existencia que experimentan los seres durante el camino hacia el Ser Único. Son pasos evolutivos para la búsqueda de la creación. Todos los niveles dimensionales están en el aquí y el ahora; la diferencia es la longitud de su onda o frecuencia. Las dimensiones son frecuencias en las que vibramos y los niveles de conciencia, algo parecido a las bandas de radio y estaciones. Existen siete dimensiones perceptuales que se corresponden a la octava dimensional, que es el actual estado en el que está la Tierra, aunque se sabe que existen otras dimensiones, hoy fuera de nuestra comprensión. Por eso, cambiar de dimensión es expandir nuestra conciencia. Se sabe que un personaje dibujado solo puede pensar a través de lo que escriba su creador en papel. No hay más volumen que esa superficie y no hay elemento tridimensional.
Eso nuestro cerebro lo crea, procesa y entiende perfectamente. Si a ese dibujo se le da volumen, profundidad, y pasa a ser una maqueta, se saltó de dimensión, Se expandió el conocimiento. A lo largo de millones de años en la Tierra como ser viviente y también pensante, el hombre adquirió diferentes habilidades. Dominó la tridimensionalidad. Nuestro cerebro está entrenado para ello. Si bien ve una pantalla plana al mirar televisión, sabe que lo que mira tiene forma, volumen, peso, es parte de la materia. Sin embargo, pasada la primera década del siglo XXI, se demuestra con actos y situaciones que el hombre está pasando a otra realidad, al imaginario mundo de los sueños a partir de una corriente energética. Y si bien todas están interconectadas, esas nuevas sensaciones vibratorias apuntan a otro sentido de las cosas, cristalizándose de la mano de la imaginación.
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A poner primera.
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La primera dimensión convierte a la energía en materia. Es la frecuencia vibratoria básica de átomos y moléculas, es el microcosmos que activa el ADN. Su nivel es básico y elemental: se restringe a cumplir funciones con limitadas actitudes Vibran en esta frecuencia, que se halla en los fluidos y en las corrientes eléctricas del cuerpo humano, activa el código genético e impulsa energéticamente el sistema celular. Están en el proceso universal de la vida de un ser, y arranca en el útero de la madre que lo parirá.
Se va la segunda…
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Es la frecuencia física e impulsa la identidad biológica. Mantiene la unión entre las especies, y se reconoce con la reproducción. Llamada inconsciente colectivo, no tiene autorreconocimiento. En este nivel no hay referencia temporal ni espacial. Está signada por el ejemplo de las golondrinas, que saben lo que harán sin importar el motivo. la etapa más importante del crecimiento como ser, donde comienza la fragmentación. Y se modela la personalidad. Será clave la formación que reciba y que se produce para moldear su propio ser, algo que se plasmará décadas después.
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Esta es la nuestra.
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La tercera dimensión (3D) es donde hoy están los humanos. Es física y la conciencia de esta vibración es tridimensional. Hay una percepción lineal de tiempo y espacio, hay pasado, presente y futuro. Marca la identidad y el desarrollo individual y la pérdida del sentido grupal. Se desarrolla el ego y es aquí donde al Ser Único se le presentan innumerables retos para crecer como persona. Arranca a los dos años, cuando el niño empieza a expresar deseos, a formar su ego. Es quizá que funcionaron por siglos y es otra manera de derrumbar barreras. Y esa nueva energía resultará incontenible, porque no se da solo en los seres humanos, sino que incumbe también al planeta Tierra y a la galaxia misma, en una escala mayor. Parece una ley dictada para ser aplicada a rajatabla, aún con los obstáculos que persisten.
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Lo que se viene.
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La cuarta dimensión (4D) es la frecuencia donde el ser humano regresa a la conciencia de integración grupal, sin pérdida de su individualismo. Llamado inconsciente colectivo, allí residen las emociones, los sueños y los sentimientos. En esta dimensión el tiempo no se maneja en forma real, sino en forma de espiral. Y hay un es pacio donde simultáneamente aparecen todas las alternativas y posibilidades. Es la frecuencia de la sincronicidad, la empatía y la telepatía. Es la última dimensión donde los seres humanos experimentan con el cuerpo físico como vehículo de aprendizaje.
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En esta frecuencia se percibe el manejo de las otras tres dimensiones al mismo tiempo, por lo cual somos responsables de todos nuestros actos y hacemos consciente que cada una de nuestras acciones afecta el todo. El despertar de la conciencia de cuarta dimensión en esta etapa del desarrollo del hombre se está apoyando, por así decir, en la tercera. La necesidad de compartir experiencias con grupos, una nueva forma de socialización familiar y vincular, la búsqueda de sanación a través de terapias emergentes y alternativas ganan espacio a grandes pasos. De igual manera, la caída de sistemas sociales, culturales, geopolíticos y estructurales.
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Tiempo al tiempo.
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Estos cambios, que traerán aparejadas varias y significativas modificaciones, como la comunicación telepática entre humanos,
pueden llevar siglos. No se dan de inmediato, sino que la conciencia lo hace a través de capas paulatinas.
Seguramente no serán quienes lean estas líneas los depositarios de esas modificaciones y quizá tampoco sus hijos o nietos,
pero la evolución hacia una vida más espiritual y menos mundana ha comenzado.
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Una conciencia eminentemente colectiva,
que se reconocerá a sí misma como si fuera una sola Unidad.






